Escrituras

PRIMERA DE PABLO A LOS CORINTIOS

 1 1 Pablo, llamado por voluntad de Dios a ser apóstol de Cristo Jesús, y el hermano Sóstenes, 2 a la congregación de Dios que está en Corinto. A vosotros que habéis sido separados para ser santos con Cristo, y a todos los que en todas partes confiesan tener fe en el nombre de Cristo Jesús, Señor nuestro y suyo, 3 a favor de Dios nuestro Padre y del señor Cristo Jesús. 4 Doy en todo momento las gracias a Dios por todos vosotros, porque el don que se os ha extendido generosamente mediante Cristo os ha enriquecido en todo, 5 en el conocimiento y en el modo de hablar, 6 y se ha establecido entre vosotros el testimonio de Cristo, 7 de modo que no sois inferiores a ninguno mientras estáis esperando el día de su revelación. 8 Por esto Dios os hará firmes hasta el final, para que en aquel día se os halle irreprensibles, 9 pues el que os ha llamado a participar con su hijo Cristo Jesús nuestro Señor, es fiel. 10 Entonces hermanos, en el nombre de nuestro señor Cristo Jesús, os exhorto a que estéis de acuerdo en lo que decís, para que entre vosotros no haya divisiones, y se restablezca la unión de pensamiento y de entender las cosas, 11 pues he llegado a saber por los de la familia de Cloe, hermanos míos, que hay entre vosotros desacuerdos, 12 y me refiero al hecho de que algunos dicen “yo soy de Pablo”, otros “yo soy de Apolo” o “de Cefas” y aún otros “yo soy de Cristo.” 13 Pero ¿Acaso está el Cristo dividido? ¿Fue Pablo puesto en el palo por vosotros o fuisteis tal vez bautizados en el nombre de Pablo? 14 Me alegro de no haber bautizado a ninguno de vosotros, excepto a Crispo y a Gayo, 15 pues así nadie puede decir que ha sido bautizado en mi nombre; 16 en verdad, bauticé también a la familia de Esteban y no sé si a alguno más, 17 pero de todos modos, Cristo no me envió a bautizar sino a predicar la buena nueva, y no por medio de discursos filosóficos, para no restar valor al sacrificio de Cristo. 18 El hablar de este sacrificio es absurdo para los que van a perecer, pero para nosotros los que somos salvados, es la demostración del poder de Dios,19 porque está escrito: “Haré confuso el saber de los filósofos y vacío el pensamiento de los intelectuales”. (Salmos 33:10) 20 ¿Donde está el sabio? ¿Donde el erudito? ¿Donde el excelente orador mundano? Porque ¿Acaso no ha hecho Dios vacía la filosofía del mundo? 21 puesto que, por medio de su propia filosofía, el mundo no ha llegado a conocer a Dios, Él, en su sabiduría, ha juzgado apropiado salvar a los que creen por medio de algo que se considera absurdo: las cosas que nosotros proclamamos; 22 y mientras los judíos piden pruebas y los griegos van tras la filosofía, 23 nosotros proclamamos el sacrificio de Cristo, que es para los judíos causa de tropiezo y para las naciones un absurdo. 24 Sin embargo, para los que tienen la llamada, sean judíos o griegos, Cristo es el poder divino y la sabiduría divina, 25 porque lo que para Dios es simple, está más allá de la sabiduría humana y lo que para Dios es débil, está más allá del poder humano. 26 Si consideráis vuestra llamada hermanos, veréis que no hay entre vosotros muchos sabios según el mundo, ni muchos poderosos, ni muchos de nacimiento noble, 27 pues Dios ha escogido lo que en el mundo se considera absurdo, para confundir a los sabios, y ha elegido lo que en el mundo se considera débil, para confundir a los poderosos. 28 Dios ha elegido las cosas que para el mundo no cuentan ni tienen valor, 29 para reducir a la nada las consideradas valiosas. De esta manera, ninguno puede jactarse ante Él, 30 porque es Él quien os ha unido a Cristo, que, por voluntad de Dios, es para nosotros sabiduría, justificación, santificación y redención. Por tanto, “el que quiera gloriarse, que se gloríe en el SEÑOR” como está escrito. (Jeremías: 9:23) 

2 1 Cuando yo me llegué a vosotros, hermanos, no os anuncié las declaraciones divinas con elocuentes discursos filosóficos, 2 porque determiné no daros a conocer ninguna cosa que no fuese Cristo Jesús y su sacrificio. 3 Llegué a vosotros con humildad, temor respetuoso y preocupación, 4 pero aún así, mis discursos y mi predicación no se inspiraron en la filosofía del mundo, se apoyaron en las manifestaciones de espíritu y poder, 5 para que vuestra fe estuviese fundamentada en el poder divino y no en la sabiduría humana, 6 pues cuando nosotros hablamos de “sabiduría” a personas maduras, no nos referimos a la sabiduría de este mundo, ni a la de sus gobernantes, que serán reducidos a la nada; 7 hablamos de la sabiduría divina, que desde el principio estuvo escondida en un secreto sagrado establecido por Dios para nuestra gloria. 8 Ninguno de los gobernantes de este mundo ha llegado a conocerlo, pues de haberlo conocido no hubiesen puesto en el palo al glorioso Señor, 9 por esto se escribió: “Ojo no ha visto, ni oído escuchado, ni se conciben en el corazón del hombre, las cosas que Dios ha preparado para aquellos que le aman”. (Isaías 64:4) 10 Sin embargo, Dios nos las ha revelado a nosotros mediante el espíritu, porque el espíritu averigua todas las cosas de Dios, hasta las más profundas. 11 ¿Quien puede averiguar las cosas del mundo, sino el hombre que está inmerso en el espíritu del mundo? Pues del mismo modo, ninguno puede averiguar las cosas de Dios, sino su espíritu. 12 Y nosotros que no hemos recibido el espíritu del mundo sino el que viene de Dios, podemos entender las cosas que Él nos ha dado gratuitamente, 13 y hablar de ellas, no en los términos que se inspiran en la sabiduría humana sino en los de la enseñanza que nos llega del espíritu, para poder expresar cosas espirituales en términos espirituales. 14 El hombre que no es espiritual no toma en consideración lo que proviene del espíritu de Dios, porque como debe ser examinado espiritualmente, lo considera absurdo y no lo acepta, 15 pero el hombre que es espiritual, medita todas las cosas y así no puede hallarse bajo un juicio adverso. 16 Está escrito “¿Quien puede llegar a conocer los pensamientos del SEÑOR y quien puede comprenderlos?” (Isaías 40:13) Nosotros, los que adquirimos la manera de pensar de Cristo. 

3 1 Lamentablemente hermanos, hasta ahora no he podido hablaros como a personas espirituales, solo como a personas que están ligadas a las cosas del mundo, 2 de modo que os he dado de beber leche, como a pequeños en el Cristo, porque no habríais podido asimilar el alimento sólido, 3 y ni siquiera ahora estáis en disposición de recibirlo, de tan apegados que estáis a las cosas de este mundo. Porque si entre vosotros hay celos y rivalidades ¿No os portáis como las personas del mundo? 4 y si decís: “yo soy de Pablo” o “yo soy de Apolo” ¿No demostráis que sois simplemente como aquellos del mundo? 5 pues ¿Quien es Apolo? ¿Quien Pablo? Ministros en la medida que el Señor ha concedido a cada uno, mediante los que llegasteis a ser creyentes; 6 es verdad que yo planté y que Apolo regó, pero el que hace crecer es Dios. 7 Por esto, ni el que planta ni el que riega son importantes, solo Dios lo es, porque él es quien hace crecer, 8 pero entre el que planta y el que riega no hay diferencia. De todos modos, cada uno recibirá individualmente una recompensa por su trabajo, 9 porque nosotros somos colaboradores de Dios y vosotros sois su campo de cultivo, los que Dios está edificando espiritualmente. 10 Según el encargo que generosamente me ha sido concedido por Dios, yo, como prudente arquitecto, he puesto el fundamento, y otro edifica sobre él, 11 sin embargo, cada uno debe cuidarse de edificar sobre él, sin colocar otro fundamento que no sea el que ya está puesto, y que es Cristo Jesús. 12 Lo que se edifique sobre este fundamento, sea oro, plata, piedras preciosas, madera, heno o paja, 13 se manifestará cuando la obra de cada uno sea probada con fuego, porque el fuego dejará al descubierto el trabajo que cada uno ha hecho, 14 y si la obra construida sobre el fundamento aguanta, recibirá la recompensa, 15 pero si su obra se consume, la perderá, de manera que quien se salve, lo hará como a través del fuego. 16 ¿No comprendéis que vosotros sois el templo de Dios, y que el espíritu de Dios mora en vosotros? 17 pues Dios destruirá al que quiera destruir su templo, porque el templo de Dios es santo. 18 Que nadie se engañe a si mismo, si alguno entre vosotros se cree sabio por conocer la filosofía del mundo, que se considere ignorante, porque así tendrá la posibilidad de llegar a ser verdaderamente sabio. 19 Dios considera vana la sabiduría de este mundo, de hecho, está escrito que “Él hace tropezar a los sabios en su misma sapiencia” (Job 5:13) 20 y también que “El SEÑOR conoce el razonar de los sabios y sabe que es vano” (Salmo 94:11) 21 Por esto ninguno de vosotros debe buscar la gloria entre los hombres, 22 ya que todas las cosas os pertenecen, tanto Pablo, Apolo o Cefas, como el mundo, la vida o la muerte y las cosas presentes o las futuras ¡Todo es para vosotros! 23 pero vosotros pertenecéis a Cristo, y Cristo a Dios. 

4 1 Así pues, considerad que solo somos hombres, unos ayudantes de Cristo en la administración de las revelaciones divinas, 2 y lo que se exige a cada uno de los administradores es la fidelidad, 3 por tanto a mí no me importa ser juzgado por vosotros, o en un día de juicio que ha sido establecido anticipadamente por los hombres, puesto que ni siquiera yo mismo me juzgo; 4 a mí no me parece ser culpable, pero no quedo por esto justificado, porque quien debe juzgarme es el Señor. 5 Vosotros no queráis juzgar nada antes del tiempo establecido, antes de la llegada del Señor, porque él es quien expondrá a la luz los secretos escondidos, descubriendo las verdaderas motivaciones. Y en aquel día, el que sea aprobado, lo será por Dios. 6 He aplicado este argumento a mí mismo y a Apolo, hermanos, como un ejemplo que os puede ser útil para aprender de nosotros el principio de no ir más allá de lo que está escrito, de manera que ninguno se sienta superior a los demás. 7 ¿Qué es lo que a ti te distingue de otro? ¿Qué tienes tú que no hayas recibido? Y si lo has recibido ¿Porque te envaneces como si no hubiese sido así? 8 Vosotros ya estáis satisfechos, pues os creéis ricos y pensáis estar reinando sin nosotros y ¡Ojalá hubieseis llegado a reinar! Puesto que junto a vosotros también reinaríamos nosotros. 9 Me parece que a nosotros los apóstoles, Dios nos ha colocado en último lugar, y como condenados a muerte, somos presentados ante el mundo como un espectáculo para ángeles y para hombres; 10 porque mientras a nosotros se nos considera ignorantes por causa de Cristo, a vosotros, sabios en Cristo; mientras a nosotros se nos considera débiles, a vosotros fuertes; vosotros tenéis una buena reputación, pero nosotros somos despreciados; 11 hasta ahora hemos sufrido hambre y sed, estamos parcamente vestidos, somos apaleados, no tenemos residencia fija 12 y nos fatigamos trabajando con nuestras propias manos. Insultados, bendecimos; perseguidos, perseveramos; 13 calumniados, soportamos. Hemos llegado a ser aquello que el mundo rechaza, lo que todos quieren evitar. 14 Y no es que os escriba estas cosas para sonrojaros, sino para amonestaros como a hijos amados, 15 pues aunque tuvieseis diez mil tutores en Cristo, no tenéis muchos padres, ya que yo he sido el que, a través de la buena nueva, os ha generado en Cristo, 16 y por esto, os exhorto ¡Imitadme a mí! 17 Os envío a Timoteo, mi hijo amado y fiel en la congregación del Señor, y él refrescará en vuestra memoria las enseñanzas de Cristo que yo os he transmitido, las mismas que enseño en todas las congregaciones. 18 Algunos se han hinchado de orgullo, como si yo no fuese a volver con vosotros, 19 pero si es la voluntad del Señor, iré pronto y comprobaré personalmente, no lo que de palabra declaran, sino lo que saben hacer de verdad, 20 porque el reino de Dios no consiste en palabras sino en hechos. 21 ¿Vosotros que queréis? ¿Que llegue a vosotros con el palo o con el ánimo afectuoso y tranquilo? 

5 1 También se dice que entre vosotros hay un caso de adulterio, uno tan grave, que ni siquiera se ve entre gentes de las naciones, puesto que uno está conviviendo con la mujer de su padre; (Levítico 20:11 y Deuteronomio 27:20) 2 y mientras tanto vosotros estáis hinchados de orgullo cuando debierais estar dolientes, y apartar de vosotros al que comete esta acción. 3 Pero yo, alejado de vosotros físicamente, pero muy cercano con el pensamiento, he juzgado ya al que ha incurrido en esto, 4 y en nombre de nuestro señor Jesús, considerad mi decisión todos juntos, y por el poder que el señor Jesús nos ha dado, 5 abandonadle a su ruinosa inmoralidad, pues es un adversario, aunque puede que con esto cambie de actitud antes del Día del Señor. 6 Sin embargo, el que vosotros presumáis es verdaderamente inoportuno ¿No sabéis que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? 7 purificaros del fermento viejo para que podáis ser una masa nueva; vosotros tenéis que ser panes ácimos pues Cristo, nuestra Pascua, ha sido sacrificado. 8 Celebremos entonces la fiesta, no con un fermento viejo o con levadura de maldad, que es una disposición malvada, sino con panes no fermentados de sinceridad y de verdad, 9 porque cuando os escribí en mi carta que no tengáis nada que ver con los fornicadores, 10 no me refería a los fornicadores de este mundo, ni a los codiciosos, ni a los que practican la extorsión, ni a los idólatras, ya que entonces tendríais que saliros del mundo. 11 Os escribí que no tengáis nada que ver con el que se llama hermano y es fornicador, codicioso, idólatra, calumniador, borracho o extorsionador. Con este no debéis siquiera comer, 12 porque ¿Acaso tengo yo que juzgar a los de afuera? Y en cambio ¿No tenéis vosotros la obligación de juzgar a los de dentro? 13 a los de afuera ya los juzgará Dios, pero vosotros debéis alejar de la congregación al que demuestra una disposición malvada.  

6 1 ¿Hay entre vosotros alguno que al estar en pleito con otro, ose apelar al juicio de personas injustas en vez de apelar a los santos? 2 ¿No sabéis que los santos juzgaran al mundo? Y si el mundo va a ser juzgado por vosotros ¿Como es que sois incapaces de juzgar cosas de poca importancia? 3 ¿No sabéis que juzgaremos a ángeles? ¡Pues cuanto más las cosas de esta vida! 4 Entonces ¿Cómo es que para resolver contiendas por cosas materiales, tomáis por jueces a personas sin autoridad en la congregación? 5 ¿Es posible que no haya entre vosotros ni un solo hombre sabio que sepa hacer de árbitro entre hermano y hermano? ¡Os digo estas cosas para sonrojaros! 6 Un hermano es citado a juicio por otro hermano ¡Y esto ante los incrédulos! 7 De todos modos, el solo hecho de que entre vosotros haya litigios, es ya una derrota. ¿Porqué no soportáis en cambio algún agravio? ¿Porqué no os dejáis defraudar? 8 pero sois vosotros los que agraviáis y defraudáis, y esto se lo hacéis a vuestros propios hermanos 9 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? Vigilad que nadie os extravíe, porque ni los fornicadores, ni los idólatras, ni los adúlteros, 10 ni los afeminados ni los que yacen con hombres, ni los codiciosos, ni los ladrones, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni aquellos que practican la extorsión, heredarán el reino de Dios. 11 Y si en otros tiempos algunos de vosotros hacíais estas cosas, ahora habéis sido lavados por medio del espíritu de nuestro Dios, y habéis sido purificados y justificados en el nombre del señor Jesús. 12 Si todo me está permitido, no todo resulta útil. Si todo me es lícito, no permitiré que ninguna cosa me domine, 13 porque si “las comidas son para el vientre y el vientre es para las comidas, aunque Dios hará inútiles estas y aquel”, el cuerpo no es para la fornicación sino para el Señor, y el Señor es para el cuerpo, 14 y el Dios que ha resucitado al Señor, también nos resucitará a nosotros por su poder 15 ¿No sabéis que vuestros cuerpos son miembros del Cristo? ¿Tomaré entonces miembros del Cristo para hacerlos miembros de una prostituta? ¡Nunca! 16 ¿No sabéis que quien se une a una prostituta se hace un solo cuerpo con ella? Pues se dijo que “los dos llegarán a ser un solo cuerpo”, (Genesis 2:24) 17 y por esto, quien se une al Señor también se hace un solo espíritu con él. 18 Vosotros debéis huir de la fornicación porque cualquier pecado que el hombre pueda cometer está fuera de su cuerpo, pero quien se entrega a la fornicación, yerra contra su propio cuerpo 19 y ¿No sabéis que vuestro cuerpo es templo del espíritu santo que habéis recibido de Dios? Ahora ya no os pertenecéis a vosotros mismos 20 porque habéis sido adquiridos por un precio en verdad muy alto, de manera que glorificad a Dios en vuestro cuerpo. 

7 1 Con respecto a los asuntos que han motivado vuestra carta, es bueno para el hombre permanecer célibe, 2 aunque para evitar el peligro de la fornicación, que cada uno tenga su propia esposa y que cada mujer tenga su propio marido. 3 El marido debe rendir a su esposa el débito conyugal y la mujer debe hacer lo mismo con el marido, 4 puesto que la mujer no es dueña de su cuerpo, que pertenece a su marido y tampoco el marido es dueño de su cuerpo, que pertenece a su esposa; 5 no os privéis entonces el uno del otro, a no ser de común acuerdo para poder dedicar un tiempo a la oración; pero luego estad juntos de nuevo, para que Satanás no pueda tentaros en un momento de pasión. 6 Os digo esto como una concesión y no como un mandato, 7 porque lo que verdaderamente yo quisiera, es que todos los hombres permaneciesen como estoy yo. Sin embargo, Dios ha dado a cada cual una disposición propia, a unos de una manera y a otros, de otra; 8 aún así, aconsejo a las personas que no estén casadas y a las que han quedado viudas, que permanezcan como estoy yo, porque esto las beneficia, 9 aunque si no saben vivir en abstinencia, que se casen, porque es mejor casarse que arder de pasión. 10 Y a los que están casados, les doy estas instrucciones que no son mías, sino del Señor: la mujer no debe separarse del marido, 11 pero si decidiese hacerlo, debe permanecer sin casarse, o reconciliarse con su marido. Y tampoco el marido debe dejar a su mujer. 12 En lo que al resto se refiere, digo yo, no el Señor, que si un hermano tiene una esposa no creyente que convive contenta con él, no debe dejarla, 13 y si una mujer tiene un marido no creyente que vive contento con ella, no debe dejarlo, 14 porque el marido incrédulo es considerado puro a causa de su mujer, y la mujer no creyente es considerada pura a causa del hermano, si no fuese así, vuestros hijos serían impuros, pero de esta manera son considerados puros; 15 que solamente se separen cuando lo quiera el incrédulo, porque en tales circunstancias el hermano o la hermana quedan libres, y Dios nos ha llamado a vivir en paz, 16 pero sino ¿Cómo sabes tú, mujer, si salvarás a tu marido? Y también tú, marido ¿Cómo sabes si salvarás a tu mujer? 17 En los demás casos, el Señor ha dispuesto que cada uno permanezca en la misma condición que cuando fue llamado por Dios, y esto es lo que dispongo en todas las congregaciones 18 ¿Uno ha sido llamado siendo circunciso? Que no quiera parecer incircunciso ¿Otro ha sido llamado siendo incircunciso? Que no se haga circuncidar, 19 puesto que ni la circuncisión ni la incircuncisión cuentan para nada, lo que cuenta es la obediencia a los mandatos de Dios. 20 Por tanto, que cada uno permanezca en la misma condición que cuando fue llamado, 21 pero si fuiste llamado siendo esclavo, aunque no debes preocuparte, cuando tengas la oportunidad de llegar a ser libre, aprovéchala, 22 porque el que ha sido llamado por el Señor siendo esclavo, es considerado liberto por haber sido emancipado por el Señor, y el que ha sido llamado siendo libre, también está subordinado a Cristo. 23 Vosotros que habéis sido rescatados a un precio muy alto, no os hagáis esclavos de los hombres. 24 Y como conclusión, hermanos, que cada uno permanezca ante Dios tal como se encontraba al ser llamado.25 Para aquellos que no estén casados, no tengo orden alguna de parte del Señor, y sin embargo, puesto que estoy en una posición en la que por la misericordia del Señor, soy considerado digno de confianza, os doy mi parecer. 26 Así pues, yo considero que debido a la inminente persecución, lo mejor para el hombre es quedarse tal como esté 27 ¿Estás ligado a una mujer? No busques romper este lazo ¿No tienes mujer? Deja de buscarla. 28 De todos modos, si te casas no cometes ningún pecado, ni tampoco lo comete la joven que toma marido, pero estos experimentarán en la vida unas tribulaciones que yo quisiera ahorraros, 29 porque os digo hermanos, que el tiempo que queda es corto. A partir de ahora, los que tengan esposa que vivan como si no la tuviesen, 30 los que están de duelo, como si no llorasen; los que están contentos, como si no lo estuviesen; los que compran, como si no poseyesen 31 y aquellos que disfrutan de las cosas de este mundo, como si no las gozasen, Porque la escena de este mundo está a punto de cambiar y yo quisiera que no tuvieseis ninguna ansiedad. 32 Cuando uno no está casado, se preocupa de las cosas del Señor y de cómo obtener su aprobación, 33 mientras que el casado se preocupa de las cosas de esta vida y de como puede complacer a su mujer, por lo que sus intereses están divididos. 34 También la mujer y la joven que no están casadas se preocupan de las cosas del Señor y de ser puras física y espiritualmente, mientras que la mujer casada se preocupa de las cosas de esta vida, y de como ganar la aprobación de su marido. 35 Sin embargo, esto que os sugiero es para vuestro bien, no para imponeros restricciones sino para orientaros hacia lo que es digno y os mantiene unidos sin distracciones al Señor, 36 aunque si alguno cree hacerle un desdén a su prometida, particularmente cuando existe una promesa y ella pasa ya de la flor de la edad, que proceda como quiera porque no comete un pecado, que se casen, 37 no obstante, si uno que no tiene un compromiso y es dueño de su voluntad, determina en su corazón permanecer célibe, hace bien, 38 de manera que quien se casa hace bien y quien no se casa, hace mejor. 39 Por último, la mujer esta unida a su marido mientras él viva, pero cuando muere, ella es libre para casarse con quien desee, aunque solamente dentro de la congregación del Señor, 40 sin embargo en mi opinión, ella será más feliz si permanece viuda, y también yo creo tener el espíritu de Dios. 

8 1 En lo que se refiere a las carnes que se sacrifican a los ídolos, todos creemos saber como actuar. 2 Sin embargo, el creer que ya lo sabemos todo nos hace soberbios, mientras que el amor nos edifica. Cuando alguno cree saberlo todo, en realidad aún no ha comprendido como aprender, 3 pues quien ama a Dios sigue aprendiendo de Él. 4 Por esto, en lo que a comer carnes sacrificadas a los ídolos se refiere, lo primero que debemos pensar es que ningún ídolo del mundo es nada, porque no hay ningún dios a excepción de uno único; 5 y aunque haya quienes sean considerados dioses tanto en el cielo como sobre la tierra, de modo que hay muchos dioses y muchos señores, 6 para nosotros solamente hay un Dios, el Padre de quien proceden todas las cosas, incluidos nosotros, y un solo Señor, Cristo Jesús, por medio de quien fueron creadas todas los cosas, incluidos nosotros. 7 Lamentablemente, no todos lo han comprendido así, porque algunos, debido a las costumbres que hasta ahora tenían con respecto al ídolo, comen la carne, pero todavía la consideran como una carne sacrificada al ídolo y su débil conciencia queda contaminada. 8 En verdad, lo que nos hace gratos a Dios no es un alimento, porque si no lo comemos, no perdemos nada y si lo comemos, no obtenemos ventaja alguna. 9 Vigilad entonces que esta libertad que vosotros disfrutáis no llegue a ser una piedra de tropiezo para los débiles, 10 porque si a ti, que dices tener conocimiento, te ven comer reclinado en el templo de un ídolo ¿No podría la conciencia del que es débil, inducirle a comer la carne como si fuese ofrecida a los ídolos? 11 Con esto, un hermano tuyo más débil, uno por quien Cristo murió, perecería por causa de tu conocimiento, 12 y al pecar contra algunos hermanos, hiriendo sus conciencias débiles, en realidad estás pecando contra el Cristo; 13 de manera que si una comida hace tropezar a mi hermano, para que no tropiece, no volveré a comer carne. 

9 1 ¿No soy yo un apóstol y una persona libre? ¿No he visto yo a nuestro señor Jesús? Y ¿No sois vosotros el fruto de mi trabajo para el Señor? 2 Por esto, si alguno no me considerase un apóstol, para vosotros en cualquier caso lo soy, puesto que vosotros sois la prueba viviente que confirma mi apostolado en la congregación del Señor, 3 y sois mis argumentos de defensa ante los que me critican. 4 Además ¿No tenemos nosotros derecho a comer y a beber 5 o a llevar con nosotros por esposa a una hermana, como lo hacen los demás apóstoles, los hermanos del Señor y Cefas? 6 ¿O somos tal vez yo y Bernabé los únicos que no tienen derecho a abstenerse del trabajo material? 7 ¿Quien es el que sirve en la milicia pagándose sus propios gastos? Y ¿Quien cultiva una viña sin comer su fruto, o pastorea un rebaño sin alimentarse con la leche? 8 No digo estas cosas a nivel humano, la Ley misma así lo establece, cuando se escribe en la Ley de Moisés: 9 “No debes poner un bozal al buey que trilla”, ¿se preocupa acaso Dios de los bueyes o estas cosas se escribieron para nosotros? 10 Precisamente se escribieron para nosotros, porque aquel que ara, debe arar con la esperanza de participar, y el que trilla, debe hacerlo con la esperanza de obtener su parte, 11 y por tanto, si nosotros hemos sembrado bienes espirituales entre vosotros ¿Es tal vez excesivo recoger bienes materiales? 12 Pues si hay entre vosotros quienes gozan de este derecho ¿porqué no nosotros? Sin embargo, nosotros no hemos hecho uso de este derecho, y soportamos cualquier cosa para no crear ningún obstáculo a la buena nueva del Cristo, 13 aún así ¿No sabéis que los que están dedicados al servicio sagrado viven de las provisiones del templo, y los que ministran en el altar disfrutan de una parte de lo que se ha ofrecido en él? 14 Pues bien, el Señor ha ordenado que también aquellos que anuncian la buena nueva vivan de ella, a pesar de que yo nunca me haya valido de estos derechos y si os escribo esto, no es para que a mí se me haga de este modo. 15 ¡Yo prefiero morir antes de que alguien me prive de mi motivo de gloria! 16 Porque el predicar la buena nueva, para mí no es un mérito sino un deber, pues ¡Ay de mí si no la predicase! 17 Si la estuviese predicando por iniciativa propia podría gloriarme, pero no lo hago por iniciativa propia, puesto que se me ha confiado un encargo,18 entonces ¿De que puedo gloriarme? De predicar la buena nueva gratuitamente y sin valerme de los derechos que esta me confiere; 19 para hacer esto, siendo libre, me he hecho servidor de todos para que el número de los que se ganen sea mayor. 20 Me he puesto en el lugar de los judíos, para poder ganar a los judíos, de los que están bajo ley, para ganar a los que están bajo la Ley, aunque yo no esté bajo la Ley. 21 Me he puesto en el lugar de los que están sin ley, para poder ganar a los que no la tienen, aunque yo no estoy sin la ley de Dios, porque estoy bajo la ley del Cristo; 22 También me he puesto en el lugar de los débiles para ganar a los que son débiles, y en el lugar de todos para ganar a algunos; 23 y todo lo he hecho en favor de la buena nueva, para poder compartirla con los demás. 24 ¿No sabéis que en el estadio todos los corredores corren, pero solo uno conquista el premio? ¡Corred pues de manera que también vosotros lo conquistéis! 25 porque mientras todos los atletas se someten a una rígida disciplina para ganar un premio que es corruptible, nosotros lo hacemos por uno incorruptible. 26 Yo corro, pero no sin tener un objetivo, y procuro que mis golpes no den al aire 27 mientras tengo en sujeción a mi cuerpo, disciplinándolo con dureza para que después de haber predicado a otros, no vaya yo a quedar descalificado. 

10 1 Recordad hermanos que todos nuestros antepasados caminaron bajo la nube y atravesaron el mar, 2 siendo todos bautizados mediante Moisés en la nube y en el mar. 3 Además, se alimentaron todos con el mismo alimento espiritual 4 y bebieron todos de la misma bebida espiritual, bebiendo de la roca espiritual que les acompañaba y que representaba al Cristo. 5 Pero aún así, la mayoría de ellos no agradaron a Dios y fueron abatidos en el desierto. 6 Todas estas cosas ocurrieron para servirnos de ejemplo, de modo que no deseemos cosas dañinas como ellos, 7 ni caigáis como algunos de ellos en la idolatría, como se escribió: “El pueblo se sentó a comer y a beber, y después se levantó para la fiesta idólatra”; 8 y para que no nos abandonemos a la fornicación, como hicieron algunos de ellos, los veintitrés mil que murieron en un solo día, 9 ni pongamos a prueba al Cristo, como algunos de ellos que cayeron víctimas de las serpientes. 10 Tampoco estéis siempre insatisfechos, como los que fueron destruidos por el exterminador, 11 puesto que todas estas cosas les ocurrieron para que sirviesen como ejemplo, y se escribieron como una advertencia para aquellos de nosotros a quienes les llega el final de los tiempos. 12 Entonces, el que crea estar en pie, que cuide de no caer, 13 porque hasta ahora no os han sobrevenido pruebas que no sean las comunes a la humanidad, pero Dios es fiel y no permitirá que seáis probados más allá de vuestras fuerzas. Él os dará la fuerza para soportar la prueba y os indicará la vía de escape. 14 Amados míos ¡Huid de la idolatría! 15 y como me dirijo a personas inteligentes, juzgad vosotros mismos lo que os digo: 16 La copa de la bendición que nosotros bendecimos ¿No es una participación en la sangre de Cristo? Y el pan que nosotros partimos ¿No es una comunión con el cuerpo de Cristo? 17 porque solo hay un pan, y nosotros que somos muchos; al participar todos de un mismo pan hacemos todos parte de un mismo cuerpo. 18 Mirad lo que ocurre en Israel, pues ¿No están en comunión con el altar los que comen una parte de lo que ha sido sacrificado? 19 y ¿que quiero decir con esto? ¿que la carne sacrificada a los ídolos o que el ídolo mismo tienen importancia? 20 No. Lo que quiero decir es que las cosas que las naciones sacrifican, en realidad las sacrifican a los demonios y no a Dios, y yo no quiero que tengáis contacto con los demonios. 21 Vosotros no podéis beber de la copa del Señor y de la copa de los demonios, ni participar en la mesa del Señor y en la mesa de los demonios 22 ¿Queremos tal vez provocar celos en el Señor? Ciertamente no somos más poderosos que él ¿Verdad? 23 Por esto, aunque todas las cosas son lícitas no todas son útiles, porque si todas las cosas son lícitas, no son todas edificantes. 24 Ninguno debe buscar su propio interés, sino el de los demás. 25 Así que vosotros comed de todo lo que se vende en el mercado de la carne, sin haceros preguntas por problemas de conciencia, 26 puesto que “del SEÑOR es la tierra y todo lo que la llena”; (Salmos 24:1) 27 y cuando os invite alguno que no sea creyente y vosotros deseéis aceptar, comed de todo lo que se os pone delante sin ningún problema de conciencia. 28 Pero si alguien os dice: “esto es algo sacrificado a los ídolos”, no debéis comerlo por consideración al que os ha advertido y a su conciencia, 29 no por vuestra propia conciencia sino por la del otro. Sin embargo ¿porqué debiera mi libertad estar supeditada al juicio de la conciencia de otros? 30 y ¿porqué al participar de la comida dando las gracias, se me censura por comer lo que he agradecido? 31 Porque vosotros debéis hacerlo todo para la gloria de Dios, sea que comáis, sea que bebáis o que hagáis cualquier otra cosa, 32 y no debéis ser un motivo de tropiezo ni para los judíos, ni para los griegos, ni para la congregación de Dios. 33 Así que comportaros como lo hago yo, que me esfuerzo en complacer a los demás en todo sin buscar mi propia ventaja sino la de los otros, para que todos puedan alcanzar la salvación. 

11 1 Os exhorto pues a que seáis imitadores míos como yo lo soy de Cristo, 2 pero además os encomio, puesto que recordáis mi enseñanza tal como yo os la he transmitido y os mantenéis firmes en ella. 3 Aún así, deseo recordaros que la cabeza de todo hombre es Cristo, que la cabeza de la mujer es el hombre y que la cabeza de Cristo es Dios; 4 y que cuando un hombre ora o profetiza cubierto, muestra falta de respeto al que es su cabeza, 5 mientras que una mujer muestra falta de respeto al que es su cabeza, cuando ora o profetiza descubierta, pues sería como si se hubiese rapado el cabello. 6 Por esto, si una mujer no quiere cubrirse, que se haga rapar el cabello, pero si considera que raparse el cabello o afeitarse la cabeza es algo vergonzoso, que se cubra. 7 El hombre no debe cubrirse la cabeza porque es la imagen y la gloria de Dios, mientras que la mujer es la gloria del hombre. 8 El hombre no se originó de la mujer, sino la mujer del hombre, 9 puesto que el hombre no fue creado para la mujer sino la mujer para el hombre, 10 y por causa de los ángeles, la mujer debe llevar sobre la cabeza una señal de su dependencia. 11 De todos modos, en la congregación del Señor ni es la mujer sin el hombre, ni es el hombre sin la mujer; 12 puesto que si la mujer fue hecha para el hombre, también el hombre nace de la mujer, y todas las cosas vienen de Dios. 13 Pero juzgad vosotros mismos si el que una mujer ore a Dios con la cabeza descubierta es apropiado, 14 cuando hasta la misma naturaleza nos enseña que es indecoroso para un hombre llevar el cabello largo, 15 mientras que para una mujer, el cabello largo es honroso y se le ha dado como tocado. 16 Y si después de esto hay todavía quien quiera promover discusiones, ni nosotros ni las congregaciones de Dios tenemos esta costumbre. 17 Ahora, mientras os doy estas instrucciones no puedo encomiaros, pues cuando os reunís no es para mejorar, sino para empeorar. 18 En primer lugar, me he enterado de que al reuniros en la congregación hay divisiones entre vosotros, 19 y en parte me lo creo, puesto que es necesario que entre vosotros surjan herejías para que los que están aprobados sean puestos de manifiesto. 20 Pero cuando os reunís todos, lo que hacéis no es participar en la cena del Señor, 21 porque cuando os sentáis a la mesa, cada uno se apresura a consumir sus propias provisiones, de manera que mientras uno ayuna, otro se harta. 22 ¿No tenéis una casa en donde comer y beber? O queréis avergonzar a los que no tienen nada y atraer desdén sobre la congregación de Dios ¿Que puedo deciros? ¿Debo encomiaros? No, esta vez no os alabo, 23 puesto que aquello que yo os he transmitido lo recibí del Señor, y es que la noche en que fue entregado, el Señor tomó un pan 24 y después de dar las gracias, lo partió y dijo “Esto significa mi cuerpo que he entregado en favor vuestro, haced esto en memoria de mí”; 25 después de haber cenado, también tomó la copa y dijo: “Esta copa significa el nuevo pacto en virtud de mi sangre, cada vez que la bebáis, hacedlo en memoria de mi”. (Lucas 22:19-20) 26 De manera que cada vez que coméis el pan y bebéis la copa, estáis recordando la muerte del Señor hasta que él venga. 27 No obstante, el que come el pan y bebe la copa sin estar en una condición apropiada, esta cometiendo una ofensa contra el cuerpo y la sangre del Señor. 28 Por tanto, que cada uno haga primero un examen de conciencia y después coma el pan y beba de la copa, 29 porque el que come y bebe, come y bebe un juicio contra sí mismo si considera el cuerpo como de poco valor, 30 y por este motivo hay entre vosotros muchos que están débiles o desanimados y algunos, como muertos. 31 Sin embargo, si nuestra conciencia esta tranquila, no seremos evaluado adversamente, 32 porque si el Señor nos juzga es para corregirnos y que no seamos rechazados junto con el mundo. 33 En conclusión, hermanos míos, al reuniros para comer debéis esperaros unos a otros, y si alguno tiene hambre, que coma en su casa. 34 De esta manera, cuando os reunáis no atraeréis sobre vosotros un juicio desfavorable. Las demás cosas ya las arreglaré al llegar. 

12 1 En lo que se refiere a los fenómenos espirituales, hermanos, no quiero que sigáis en la ignorancia, 2 porque bien sabéis que mientras formabais parte de las naciones que no conocen a Dios, la exaltación que sentíais ante los ídolos mudos os arrastraba al error. 3 Yo os declaro que ninguno puede decir: “no necesitamos a Jesús”, si habla movido por el espíritu de Dios, pero tampoco puede declarar que Jesús es el Señor, sino es movido por el espíritu santo. 4 Los diversos dones vienen del mismo espíritu, 5 y los distintos ministerios vienen del mismo Señor, 6 pero las diferentes obras poderosas vienen del mismo Dios, que por encima de todos, obra poderosamente en todo. 7 La manifestación de los dones espirituales es distinta en cada uno para ser de utilidad a todos. 8 A uno se le da una manera sapiente de expresarse, y otro, por medio del mismo espíritu, recibe un lenguaje culto; 9 siempre por medio del mismo espíritu, a uno se le dan los argumentos para sostener la fe y a otro el don de curación, 10 a uno el don de hacer obras poderosas, a otro el don de profecía, y a otro el de hablar en distintas lenguas. 11 Pero todas estas cosas son obra de un mismo y único espíritu que las distribuye a cada uno según dispone. 12 Igual que el cuerpo físico es uno solo pero está formado por muchos miembros, y que los miembros son muchos pero forman un solo cuerpo, ocurre en el Cristo. 13 Puesto que nosotros, que somos judíos o griegos, esclavos o libres, hemos sido inmersos en un solo espíritu para formar un solo cuerpo, 14 que como el cuerpo físico, no está formado por un solo miembro sino por muchos. 15 Por esto, el pié no dejaría de ser una parte del cuerpo aunque dijese “Como no soy mano, no pertenezco al cuerpo”; 16 ni dejaría la oreja pertenecerle aunque dijese “Como no soy ojo, no soy parte del cuerpo”. 17 Porque si el cuerpo fuese todo ojo ¿Donde estaría el oído? Y si fuese todo oído ¿Donde estaría el olfato? 18 Pues también Dios ha distribuido los miembros del cuerpo según su agrado, 19 ya que si todos fuesen el mismo miembro ¿Donde estaría el cuerpo? 20 Y como los miembros son muchos pero el cuerpo solo uno, 21  ni el ojo puede decirle a la mano “no te necesito”, ni la cabeza a los pies “no tengo necesidad de vosotros”. 22 Es más, los miembros que parecen más delicados son los más necesarios, 23 y tratamos con mayor consideración a las partes del cuerpo que nos parecen menos decorosas, y con mayor cuidado a las menos nobles que a las nobles, que no lo necesitan. 24 Dios ha dispuesto el cuerpo de manera que reciban un mayor honor los miembros que carecen de él, 25 para que en el cuerpo no haya desunión y los diferentes miembros se asistan unos a otros. 26 Por esto, cuando sufre un miembro todos los demás sufren con él, y cuando un miembro recibe honra, todos los demás se alegran con él. 27 Pues bien, el cuerpo de Cristo lo formáis vosotros, que individualmente sois sus miembros, 28 y Dios ha dispuesto en la congregación, a los apóstoles en primer lugar, en segundo lugar a los profetas y en tercer lugar a los maestros. Luego, a los que tienen el don de hacer obras poderosas, y después, a los que realizan curaciones, a los que asisten, a los que tienen capacidades para dirigir y a los que hablan en diversas lenguas. 29 Así pues, no todos son apóstoles, ni son todos profetas, ni son todos maestros. No todos realizan obras potentes, 30 ni realizan todos curaciones, ni hablan todos en diversas lenguas, ni todos interpretan ¿Verdad? 31 Pero vosotros debéis aspirar con fervor a los dones que sean más útiles para la edificación.  

13 1 Y ahora voy a mostraros un camino que es la vía por excelencia: si yo hablase las lenguas de los hombres y de los ángeles, pero no tuviese amor, me asemejaría al sordo repicar de unos trozos de cobre o de unos címbalos estridentes; 2 y si tuviese el don de la profecía, conociese todos los secretos sagrados y toda la ciencia, y poseyese una fe tan grande que moviese las montañas, pero no tuviese amor, no sería nada. 3 Y si además distribuyese todas mis posesiones y me ofreciese también a mí mismo, podría gloriarme, pero sin amor no me sería de ningún beneficio. 4 El amor es clemente y benigno, el amor no es envidioso, no presume ni es arrogante, 5 no se comporta de un modo indecente ni busca sus propios intereses. El amor no se irrita ni tiene en cuenta el mal sufrido, 6 no goza con la injusticia y  se alegra con la verdad. 7 No es suspicaz sino confiado, sobrelleva todas las cosas y todas las perdona. 8 El amor nunca se acabará, mientras que la profecía pasará, las lenguas cesarán, y las revelaciones terminarán, 9 porque hasta ahora solo tenemos un conocimiento parcial y lo que predicamos está incompleto, 10 pero cuando nuestro conocimiento sea completo, todas estas se acabarán. 11 Cuando yo era niño, hablaba, pensaba y razonaba como un niño, pero después me hice hombre y eliminé el comportamiento infantil. 12 Asimismo, ahora vemos los contornos de las cosas vagamente, como en un espejo de metal, pero cuando llegue aquel día, las veremos claramente, pues si ahora las conozco parcialmente, entonces las conoceré completa y perfectamente. 13 Sin embargo, hay tres cosas que permanecen inmutables y son la fe, la esperanza y el amor. Y de todas ellas, la mayor es el amor. 

14 1 Por esto, ante todo debéis promover el amor, y luego los demás dones espirituales, en particular el de profecía, 2 porque aquel que habla por el don de lenguas, declara el divino secreto sagrado mediante el don espiritual, pero la mayoría no le entiende y no se edifica; 3 En cambio, el que profetiza se dirige a todos para edificarles, exhortarles y confortarles. 4 El que habla por medio del don de lenguas, se exhorta a sí mismo, pero el que profetiza, edifica a la congregación, 5 y aunque yo estaría muy contento de que hablaseis todos en distintas lenguas, prefiero que tengáis el don de profecía, pues es más ventajoso que el de hablar en lenguas, en particular si no hay ninguno que pueda interpretarlas para que la congregación sea edificada. 6 De hecho hermanos, si yo fuese a vosotros hablando en otra lengua, y a través de mis palabras no os llegase una revelación, una información, alguna profecía o alguna enseñanza ¿Cómo os beneficiaría? 7 Si unos instrumentos como la flauta o el arpa, no emitiesen diferentes notas ¿Cómo reconocer la melodía? 8 Y si la tromba emitiese un sonido irreconocible ¿Quien se prepararía para la batalla? 9 Pues con vosotros ocurre lo mismo; cuando habláis en una lengua incomprensible ¿Quien puede entender lo que decís? ¡Es como hablar al viento! 10 porque en el mundo hay muchísimas palabras diferentes y ninguna carece de significado, 11 pero si yo no las entiendo soy un extranjero para el que me habla y él es un extranjero para mí; 12 de manera que vosotros, que tanto buscáis los dones espirituales, procurad abundar en los que sirven para edificar a la congregación. 13 El que tenga el don de lenguas, que ore para que se le dé el de interpretar, 14 porque mientras yo oro en otra lengua, el espíritu que hay en mí está orando, pero mi mente permanece inactiva ¿Que puedo hacer entonces? 15 Oraré movido por el espíritu, intentando comprender lo que digo, o cantaré salmos movido por el espíritu, intentando comprender lo que canto. 16 Pero si tú alabas a Dios movido por el espíritu, y el que te escucha no entiende lo que dices ¿Cómo puede decir “así sea” cuando tú das las gracias? 17 Aunque des las gracias de un modo excelente, no edificas al que te escucha. 18 Yo doy gracias a Dios porque puedo hablar en otras lenguas, en más aun que todos vosotros, 19 y sin embargo, en la congregación prefiero decir cinco palabras que sean comprensibles y que instruyan a los demás, que diez mil palabras en otra lengua. 20 Hermanos, sed sabios y no seáis como niños. Pues aunque debéis ser como niños en cuanto a la malicia, para dar a cada cosa su justo valor debéis ser maduros. 21 En la Ley está escrito: “En otras lenguas y por labios de extranjeros hablaré con este pueblo, aunque ni siquiera así me escucharán, dice el SEÑOR”,  (Isaías 28:11) 22 por lo tanto, el don de lenguas no es una señal para los creyentes sino para los incrédulos, mientras que la profecía no es para los incrédulos sino para los creyentes. 23 Por ejemplo, cuando la congregación está reunida, si habláis todos en lenguas diferentes y entra un profano ¿No dirá que estáis locos? 24 En cambio, si todos profetizáis y entra un profano, reflexionará en lo que escucha, 25 y se examinara interiormente reconociéndose pecador. De este modo, se humillará y adorará a Dios, proclamando que Dios está verdaderamente entre vosotros. 26 Entonces, hermanos ¿Cómo debéis proceder? Cuando os reunáis, uno debe tener un cántico para ser cantado y otro una enseñanza o una revelación; uno un discurso en otra lengua y otro la interpretación, pero todo debe hacerse con el propósito de edificar, 27 y aunque haya varios que hablen en lenguas, solo deben tomar la palabra dos, o como máximo tres, haciéndolo uno después de otro, mientras alguno va interpretando; 28 pero cuando no haya intérprete no deben hablar ante la congregación, y lo que iban a decir debe quedar entre ellos y Dios. 29 En cuanto a los profetas, que hablen dos o tres mientras otros van explicando el significado de lo que se ha dicho, 30 pero si alguno de los que están sentados recibe una revelación, el que esté hablando debe cederle la palabra. 31 De esta manera podéis intervenir todos uno por uno, para hablar de las cosas de Dios y adquirir todos experiencia y estímulo. 32 Los profetas deben controlar su deseo de expresarse, 33 porque Dios no es un Dios de desorden sino de paz, 34 y las mujeres deben permanecer en silencio como es costumbre en todas las congregaciones de los santos, porque no les está permitido hablar delante de la congregación; 35 que sean obedientes como también dice la Ley, y si desean informarse de alguna cosa en particular, que pregunten en casa a sus maridos, puesto que resulta inoportuno que una mujer haga preguntas en la congregación. 36 Ahora yo os pregunto ¿La palabra de Dios proviene de vosotros o solamente la habéis recibido? 37 Porque quien afirme ser un profeta o una persona espiritual, tiene que reconocer que cuanto escribo procede del Señor, 38 y si no quiere reconocerlo, que permanezca en su ignorancia. 39 En conclusión hermanos, debéis aspirar al don de profecía, pero no impidáis que se hable por medio del don de lenguas, 40 si bien todo debe disponerse con orden y decoro. 

15 1 Quiero recordaros hermanos, que la buena nueva que yo os he anunciado, la que vosotros habéis escuchado y en la que perseveráis, 2 permitirá que seáis salvados siempre que os atengáis a ella tal y como yo os la he declarado ¡De otro modo habríais creído en vano! 3 De las cosas esenciales que yo mismo recibí, os he transmitido esto: en cumplimiento de las escrituras, Cristo murió por nuestros pecados 4 y después de ser sepultado resucitó al tercer día. 5 Fue visto por Cefas y luego por los doce, 6 pero más tarde fue visto por más de quinientos hermanos a un tiempo, y aunque algunos de estos han muerto, la mayoría viven aún. 7 Después de que Jacobo y todos los apóstoles le viesen, 8 en último lugar, se me apareció también a mí, a uno que no merecía vivir, 9 al más insignificante de los apóstoles, porque no soy digno de ser llamado apóstol ya que he perseguido a la congregación de Dios. 10 Pero por el favor de Dios, yo soy quien soy, y el favor que me ha mostrado no ha sido en vano porque he trabajado más que todos ellos, no por mérito mío sino por el favor recibido. 11 Y esto es en conclusión lo que ellos y yo predicamos y lo que vosotros habéis creído. 12 Ahora bien, si se predica que Cristo ha sido resucitado de entre los muertos ¿Cómo es que algunos de vosotros decís que no hay resurrección de los muertos? 13 Puesto que si no existe la resurrección de los muertos ¡Tampoco ha sido resucitado Cristo! 14 Y si Cristo no ha sido resucitado, nuestra predicación y nuestra fe no tienen sentido. 15 Es más, si fuese verdad que la resurrección de los muertos no existe, cuando nosotros declaramos que Dios ha resucitado a Cristo se nos puede considerar como falsos testigos de Dios, 16 porque si los muertos no van a resucitar, tampoco ha resucitado Cristo. 17 Y si él no ha sido resucitado vuestra fe es inútil, aún estáis inmersos en vuestros pecados 18 y aquellos que murieron en unión con Cristo están perdidos,19 porque si hemos puesto nuestra esperanza en Cristo solo para esta vida, somos mas dignos de lástima que cualquiera. 20 ¡Pero Cristo ha resucitado de entre los muertos como primicia de los que duermen en la muerte! 21 Y si la muerte llegó por medio de un hombre, la resurrección llega también por medio de un hombre, 22 para que del mismo modo que mueren todos por la culpa de Adán, vuelvan a la vida todos por medio de Cristo; 23 aunque cada cual de acuerdo con el orden establecido: Cristo como primicia, mas tarde, cuando él vuelva, aquellos que pertenecen al Cristo. 24 Al final, después de haber destruido cualquier gobierno, autoridad y poder, él consignará el reino al Dios y Padre; 25 sin embargo debe reinar hasta que todos los enemigos queden sometidos bajo sus pies; 26 el último de los enemigos destruidos será la muerte, 27 y todas las cosas quedarán sometidas bajo sus pies, pero al decir: “le ha sometido todas las cosas”, es evidente que se excluye al que se las somete, 28 de manera que cuando todas las cosas queden sometidas a él, el Hijo mismo se someterá a Aquel que se las sometió, para que Dios sea todo para todos. 29 Y si esto no fuese cierto ¿Por que se bautizan algunos en favor de los muertos? Pues si los muertos no resucitan ¿Porqué bautizarse en su favor? 30 ¿Y porqué exponernos al peligro continuamente? 31 Pues yo estoy expuesto a morir cada día, y esto es tan cierto como que me glorío de vosotros ante nuestro señor Cristo Jesús, 32 porque si en Éfeso hubiese combatido contra las fieras solo por razones humanas ¿Cuál sería el beneficio obtenido? Si no van a resucitar los muertos ¡Comamos y bebamos que mañana hemos de morir! 33 Pero no os dejéis engañar, las malas compañías corrompen los buenos hábitos morales, 34 recobrad pues la cordura como debe ser y no pequéis, porque desgraciadamente algunos demuestran que no conocen a Dios en absoluto, y digo esto para avergonzaros. 35 Después de todo esto, se preguntará alguno ¿Cómo serán despertados los muertos? ¿Con que clase de cuerpo volverán? 36 Insensato, en lo que tú siembras no puede germinar la vida si antes no muere, 37 además, el cuerpo que siembras tampoco es el mismo que nacerá. 38 Por ejemplo, un simple grano de trigo o de cualquier otra semilla reciben de Dios el cuerpo previamente establecido, y a cada semilla le adjudica un cuerpo propio. 39 Pero no todos los cuerpos son de la misma la naturaleza, uno es el del género humano y otro el de las bestias; uno es el de los pájaros y otro el de los peces. 40 Y lo mismo ocurre con los cuerpos celestes y los cuerpos terrestres, puesto que el resplandor de los celestes es uno y el de los terrestres otro, 41 pues el resplandor del sol es de una clase, el de la luna de otra y el de las estrellas de otra, y también cada estrella tiene un resplandor distinto del de las demás. 42 Pues bien, en la resurrección de los muertos ocurre lo mismo. Se siembra lo que es corruptible y es resucitado incorruptible, 43 se siembra lo que es deshonroso y es despertado glorioso, se siembra lo que es débil y es despertado poderoso. 44 Se siembra un cuerpo físico y es despertado un cuerpo espiritual, pues igual que existe cuerpo físico, existe cuerpo espiritual. 45 Está escrito que “el primer Adán fue hecho alma viviente”, mientras que el último Adán, un espíritu dador de vida. (Génesis 2:7) 46 Así que el espiritual no fue el primero, lo fue el físico y luego el espiritual, 47 porque el primer hombre fue extraído de la tierra y es terrestre, en cambio el segundo vino del cielo, 48 por esto, tal como el terrestre los terrestres y tal como es el celeste, los celestes. 49 Nosotros hemos llevado la imagen del terrestre y también llevaremos la imagen del celeste. 50 Con esto hermanos, quiero deciros que carne y sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni puede lo que es corruptible heredar la incorrupción. 51 Y ahora hermanos, voy a deciros un secreto sagrado: no todos nos adormeceremos en la muerte, aunque todos seremos transformados en un instante, en un parpadeo, al sonar la última trompeta. 52 Sonará la trompeta, los muertos resucitarán incorruptibles y nosotros seremos transformados, 53 pues es necesario que lo corruptible revista la incorruptibilidad y lo que muere revista el no morir. 54 Y cuando lo corruptible haya revestido la incorruptibilidad y lo mortal, el no morir, se habrá cumplido la palabra que fue escrita: 55 “la muerte ha sido engullida para siempre. Muerte ¿Donde está tu victoria? Muerte ¿Donde está tu aguijón?” 56 Porque el aguijón que causa la muerte es el pecado, y la fuerza del pecado está en la Ley. 57 ¡Demos entonces las gracias al Dios que nos da la victoria mediante nuestro señor Cristo Jesús! 58 Y manteneos firmes e inamovibles amados hermanos míos, teniendo siempre mucho que hacer en la obra del Señor, y siendo conscientes de que vuestra trabajo para el Señor no es inútil. 

16 1 Con respecto a la colecta en favor de los santos, haced lo mismo que he dispuesto en las congregaciones de la Galacia. 2 Que el primer día de todas las semanas, cada uno aporte lo que según sus posibilidades, haya conseguido ahorrar. De esta manera, cuando yo vaya no será necesario hacer colectas de última hora, 3 y en cuanto llegue, enviaré con una carta mía a los que vosotros hayáis elegido para llevar hasta Jerusalén vuestro don, 4 además, si es necesario que yo también vaya, iremos juntos. 5 Atravesaré la Macedonia, 6 pues tengo que cruzarla para llegar hasta vosotros, entonces es probable que me detenga para permanecer todo el invierno con vosotros, y me acompañéis luego a donde tenga que ir. 7 No quiero ir a veros tan solo de paso, de modo que si el Señor me lo permite, espero poder quedarme una temporada con vosotros. 8 Sin embargo permaneceré en Éfeso hasta el Pentecostés, 9 porque la oportunidad que se me ha presentado es grande, a pesar de que los opositores sean muchos. 10 Cuando llegue Timoteo, procurad que no se sienta incómodo entre vosotros, porque trabaja junto a mí en la obra del Señor y nadie debe faltarle al respeto. 11 Ayudadle a que prosiga su camino para que pueda alcanzarme sin problemas, porque los hermanos y yo estamos esperándole. 12 En lo que al hermano Apolo se refiere, le he animado repetidamente a que junto con los otros hermanos, fuese a veros, sin embargo ahora él no está en disposición de ir, e irá en cuanto le sea posible. 13 Mientras tanto, vosotros sed vigilantes, estad firmes en la fe, comportaos como hombres maduros y sed fuertes, 14 y haced todas las cosas con amor. 15 Todavía quiero daros otra recomendación hermanos, pues vosotros que conocéis a la familia de Esteban, sabéis bien que fue la primera de la Acaya que se dedicó al servicio de los santos. 16 Por esta razón, os exhorto a que les estéis subordinados, tanto a ellos como a los que con ellos colaboran y se fatigan. 17 Yo estoy gozando de la presencia de Esteban, de Fortunato y de Acaico, que llenan el vacío de vuestra ausencia, 18 ellos han reconfortado mi espíritu, como también reconfortarán el vuestro. Debéis saber apreciar a esta clase de personas. 19 Os saludan las congregaciones del Asia, y también Aquila y Priscila, que junto con la congregación que se reúne en su casa os envían muchos saludos en armonía con el Señor. 20 Todos los hermanos os envían saludos, de manera que saludaros unos a otros con un beso santo; 21 el saludo es por mi mano, la de Pablo. ¡Señor, ven pronto! 22 Aquel que no ame al Señor, sea anatema. 23 El favor del Señor os acompañe, y mi amor sea con todos los que estáis unidos a Cristo Jesús.