Enûma Elish

Poema Babilónico de la Creación

 

Cuando en lo alto, el Cielo no había sido aún nombrado,

y debajo, la Tierra no había sido mencionada por nombre…

 

  1          Así comienza el Poema Babilónico de la Creación, conocido como “Enûma Elish” por las palabras que lo inician. Su texto ha podido ser reconstruido casi totalmente gracias a unos sesenta fragmentos de tabletas de arcilla, escritas en lengua acádica y caracteres cuneiformes. Muchas copias de este poema se hallaban en los archivos de las ciudades más importantes de los antiguos reinos de Asiria y de Babilonia, particularmente en la famosa Biblioteca de Asurbanipal (668 - 627 a.C.), la mayor y más antigua de tiempos remotos, hallada en la ciudad de Nínive que hoy en día es Kuyunjik, junto a Mosul en el Kurdistán. Allí se recuperaron alrededor de 30.000 tabletas y fragmentos, correspondientes a unos 10.000 documentos principalmente relacionados con textos literarios de la tradicional sapiencia babilónica, como por ejemplo los  que hoy se conocen con el nombre de Enûma Elish, Atra-hasis, La Epopeya de Gilgamesh y tantos otros.

  La época de la composición del Enûma Elish ha sido creíblemente fijada por los estudiosos en el tiempo de la primera dinastía de Babel, sin embargo no existen referencias seguras y hay quienes la sitúan en el siglo octavo a.C. durante la época del rey asirio Tiglatpilsiter III, que reinaba también sobre Babilonia, y afirman que su autor no es babilonio sino asirio.

  El poema fue escrito para el ritual del cuarto día de la fiesta del año nuevo (akîtu), que se celebra en primavera.

 

  2          Entre el relato del origen o cosmogonía bíblica y el de la cosmogonía mitológica existen semejanzas que es preciso reconocer; este hecho suscita por tanto la pregunta de si la Biblia depende de la mitología o si la mitología depende de la Biblia, o tal vez, de si existe una tercera alternativa. La tesis lógica es la de que el relato mitológico procede de una distorsión del relato de la creación originario, mientras que en el libro del Génesis se conserva la narración más antigua y genuina de aquel acontecimiento, puesta por escrito durante el éxodo de Egipto.

 

  3          Los principales mitos mesopotámicos son dos:

El primero es el “Enûma elish”, generalmente paragonado con el relato de Génesis 1.

El segundo es el “Atra-hasis”, con pasajes que se corresponden con Génesis 2.

  Pero a pesar de los paragones y las correspondencias a veces notables, entre el relato bíblico y los mitos mesopotámicos, entre ellos existe un neto contraste en los valores de fondo y en el enfoque del Creador. La tesis evolucionista en este campo, afirma que a partir de los relatos confusos y desordenados se pasó a un relato ordenado, es decir, al relato bíblico. Sin embargo, lo más lógico y afín a la tradición humana, es que a partir de la revelación original recibida por el hombre, se propagasen entre los pueblos con el trascurrir del tiempo, los relatos alterados y adaptados a la perspectiva humana, que basándose en exigencias fantasiosas y la degradación de la vida cotidiana, rebajasen el relato de Dios a su propio nivel y condición, como dice el apóstol Pablo cuando escribe: “Lo que puede llegar a conocerse con respecto a Dios es evidente, él mismo lo pone de manifiesto, ya que, tanto sus cualidades invisibles como su eterna potencia y su divinidad se ven claramente desde la creación del mundo, comprendiéndose a través de las cosas hechas. Pero habiendo comprendido que Dios existe, no le han dado gloria ni le han mostrado gratitud, desvariando en sus razonamientos, han ofuscado su torpe entendimiento y considerándose sabios se han desviado, sustituyendo la gloria del Dios incorruptible por imágenes semejantes al hombre mortal, a los pájaros, a los animales cuadrúpedos o a las criaturas que se arrastran”. (Romanos 1:19…23)

  Estos son dos ejemplos de la similitud existente entre el Génesis y el poema de Enûma Elish.

 

Tableta nº 1, líneas del 1 al 9

Se refieren a la creación de la Tierra

 

 

Transliteración y traducción del texto


1      E-nu-ma  e-liš  la  na-bu-ú  ša-ma-mu

2      šap-li-iš  am-ma-tum  šu-ma  la  zak-rat

3      Apsû–ma  riš-tu-ú  za-ru-šu-un

4      mu-um-mu  Ti-amat  mu-al-li-da-at  gim-ri-šu-un  

5      meš-šu-nu  iš-te-niš  i-ḫi-qu-ú-ma

6      gi-pa-ra  la  ki-is̟-s̟u-ra  s̟u-s̟a-a   la  s-̕

7      e-nu-ma  ilâni  la  šu-pu-u  ma-na-ma

8      šu-ma  la  zuk-ku-ru  ši-ma-tú  la  ši-ma

9      íb-ba-nu-ú-ma  ilâni  ki-rib  ša-ma-mi

 

1            Cuando en lo alto, el Cielo no había sido aún nombrado,

2            y debajo, la Tierra no había sido mencionada por nombre,

3            nada existía excepto Apsû, el antiguo, su creador,

4            y el caos, Tiamat, del que todo fue generado.

5            Las aguas se agitaban en un solo conjunto

6            y los pastos no se habían aún formado ni existían los cañaverales.

7            Cuando aún ningún astro podía verse,

8            ninguno tenía un nombre cuando los destinos no se habían aún establecido.

9            Entonces, los astros fueron hechos visibles en medio del cielo

 

 

 

 

Tableta nº 5, líneas 14 a 22

Habla de la creación de Nannar, la luna, y de que Dios le encomienda el encargo de medir el tiempo y de vigilar y adornar el día y la noche

 

 

 

14    ar-ḫ̮i-šam  la  na-pat-ka-a  ina a.gi-e  u-s̮ir

15    i-na  rêš  arḫi-ma  na-pa-ḫi  i-na  ma-a-ti

16    k̟ar-ni  na-ba-a-ta  ana  ud-du-u  6  u-mi

17    i-na  ûmi  7-kan  a-ga-a  šum-šu-la

18    umu  14-tu  lu-u  šu-tam-ḫu-rat  meš-li-u

19    e-nu  Šamaš  i-na  i-šid  šamêe  ….-ka

20    ….-ti  šu-tak̟-s̟i-ba-am-ma  òi-ni  ar-….-us

21    …. A-na  ḫar-ra-an  Šamaš  šu-tak̟-rib-ma

22    ina  umi….kan  lu  šu-tam-ḫu-rat-ilu  Šamaš  lu  ša-na-….

 

14          Todo mes sin descanso, darás señales con tu disco,

15          al comienzo del mes, cuando inicies a iluminar el territorio,

16          con el resplandor de tus cuernos indicarás los primeros seis días,

17          el séptimo día mostrarás la mitad de tu disco,

18          en catorceavo día te opondrás al sol: será la mitad del mes,

19          cuando a levante te unas al sol,

20          disminuye tu disco y empieza a decrecer,

21          en el día de la oscuridad te acercarás al recorrido del sol,

22          En el día vigésimo noveno, volverás hacia la puesta del sol